He estado fuera de mi cubículo unas dos semanas por motivos de viaje. De turismo
Esta vez he ido a Galicia, que es un lugar obligado para mí cada vez que me voy de escapada.
Para quién no sepa de la gastronomía de por allí, he de decir que es de lo mejorcito
A continuación cito algunas de sus delicatessen, para quién un día se anime a ir, que se vaya a lo seguro.
Pulpo a la Gallega (cómo no)
Empanada gallega (A elegir el contenido)
Pimientos de padrón (unos pican y otros también)
Orejas (respostería)
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Y para acompañarlas nada mejor que algo típico gallego, un poco de cola cao
A todo esto, para disfrutar de estos y otros muchos manjares, tienes que superar una dura prueba. Muchos han enloquecido y otros simplemente se han lanzado en marcha a causa de la presión.
Si señores, me refiero a los trenes de la RENFE.
Siempre es el mismo patrón, siempre el mismo.
- Entras con tus maletas (de 40 kg. cada una) al andén.
- La gente mira como haces el esfuerzo supremo para entrar o las maletas o tú,o ninguno de los dos, hacen sus apuestas y algunos hasta te ayudan.
- Consigues entrar, ok. Ya casi lo tienes. Pero ahora viene el más difícil todavía; Consiste en meter tus maletas de 40 kg. en un habitáculo de 50x50 cm. Aquí las apuestas se intensifican y hay gente que te vitorea/abuchea. Y algunos hasta te ayudan.
- Llegas a tu asiento ¡Por fin! Ya estás preparado para tu viaje de placer... O no.
- Al principio te reparten esos auriculares último modelo. Esos que consisten en un adorno en el que uno es de color rojo y otro azul. Así queda claro cual te tienes que poner en la izquierda y cual en la derecha,no?
- Cuando por fin has conseguido sintonizar la voz de la película que ponen en la minipantalla, ves que uno de los auriculares empieza a resbalar poco a poco de la oreja, pero no pasa nada, se puede sujetar con la mano.
- Empiezas a relajarte, suave traqueteo del tren, la película es mala pero por lo menos vas cómodo y entonces... traspasando la barrera sónica que crea el auricular y tu oreja, oyes algo que te provoca una sensación como esta:
QUERID... VIAJ... PRÓ... MA ..ARADA, ALBACETE!!!
- A estas alturas ya pasas de todo y te levantas a relajarte donde sea. Próxima parada, la cafetería del tren.
- Después de la odisea de mantener el equilibrio entre vagón y vagón,casi caerte encima de algún viajero igual de cansado psicológicamente que tú y por ello con bastante mala leche, llegas a tu destino.
- Hasta aquí todo normal, la gente está tranquilamente tomándose su bocata/café/cola cao (sin droja). Así que, confiado, le pides al camarero un cortadito para alegrarte la mañana. Y cuando ya todo parece encarrilado, le pides al tío la cuenta mientras sacas tus céntimos y el tío va y suelta. Es 1'50.
- ...
No eran 80 céntimos?
- Sales de allí con toda la prisa con la que te permiten tus continuos zarandeos y te diriges hacia el baño.
-Entras cerrando la puerta tras de ti y te apoyas en ella exalando un largo suspiro... Que se queda a la mitad porque te llega un olor ala madre de todas las mierdas excremento humano. Menos mal que hay una barra para apoyarte en caso de mareo. Menos mal que hay un grifo a mano para refrescarte. Menos mal que el viaje sólo dura 12 horas.
Sólo dura 12 horas.
- Llegas a tu asiento ¡Por fin! Ya estás preparado para tu viaje de placer... O no.
- Al principio te reparten esos auriculares último modelo. Esos que consisten en un adorno en el que uno es de color rojo y otro azul. Así queda claro cual te tienes que poner en la izquierda y cual en la derecha,no?
- Cuando por fin has conseguido sintonizar la voz de la película que ponen en la minipantalla, ves que uno de los auriculares empieza a resbalar poco a poco de la oreja, pero no pasa nada, se puede sujetar con la mano.
- Empiezas a relajarte, suave traqueteo del tren, la película es mala pero por lo menos vas cómodo y entonces... traspasando la barrera sónica que crea el auricular y tu oreja, oyes algo que te provoca una sensación como esta:
QUERID... VIAJ... PRÓ... MA ..ARADA, ALBACETE!!!
- A estas alturas ya pasas de todo y te levantas a relajarte donde sea. Próxima parada, la cafetería del tren.
- Después de la odisea de mantener el equilibrio entre vagón y vagón,casi caerte encima de algún viajero igual de cansado psicológicamente que tú y por ello con bastante mala leche, llegas a tu destino.
- Hasta aquí todo normal, la gente está tranquilamente tomándose su bocata/café/cola cao (sin droja). Así que, confiado, le pides al camarero un cortadito para alegrarte la mañana. Y cuando ya todo parece encarrilado, le pides al tío la cuenta mientras sacas tus céntimos y el tío va y suelta. Es 1'50.
- ...
No eran 80 céntimos?
- Sales de allí con toda la prisa con la que te permiten tus continuos zarandeos y te diriges hacia el baño.
-Entras cerrando la puerta tras de ti y te apoyas en ella exalando un largo suspiro... Que se queda a la mitad porque te llega un olor a
Sólo dura 12 horas.
